La habían encerrado y golpeado sin piedad. O no había sido real. O incluso algo peor. Marisa no sabía que sucedía con ella y con Matías, su hijo. Debía resolver el misterio porque cada día que pasaba Matías enfermaba sin parar y se acercaba a una muerte dolorosa y demencial; y los golpes y las vejaciones hacía ella aumentaban en intensidad y crueldad. Debía descubrir la verdad. Esa terrible verdad que era peor que la ignorancia y el olvido y que sacaría de su alma terrores que nunca debieron olvidarse. Terrores que nunca se fueron. Monstruos que se resisten a irse.
El suspenso y el terror te mantendrán atado a la vida hasta la última letra. Estas advertido. La verdad es mucho más horrorosa que la mentira.
Un intenso thriller de suspenso y terror.