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El libro toma como hipótesis de partida el enigma, aún no resuelto, del porqué existen en la pirámide poblacional al momento del nacimiento una casi igual cantidad de hombres y mujeres, en general en todas partes y en todos los tiempos, y aun cuando con posterioridad pueda producirse un desequilibrio por emigraciones, guerras, epidemias, etc.- en todos los casos por factores externos- en poco tiempo se restablece la proporción, con variables tan poco significativas que no alcanzan para invalidar la aseveración. Luego del análisis de las innumerables preguntas que el enigma plantea, el autor llega a formular como conclusión una teoría innovadora: el ser humano es de naturaleza binaria y dialéctica;  sus integrantes, el hombre y la mujer, constituyen un conjunto complemento que pertenece a un Todo que es la Humanidad;  tienen la propiedad de ser iguales en número y  se comportan y reproducen de acuerdo a esa naturaleza binaria integrada al todo, responden a un orden implicado, y operan como un sistema vinculado por un entrelazamiento cuántico con características de tipo holográfico que les permite la comunicación instantánea y el control sobre la relación numérica.

A diferencia de los teóricos de la dialéctica Platón, Marx o Hegel, el principal- que la analizan en la relación del hombre con la sociedad, en este ensayo, el autor, al plantear la naturaleza binaria y dialéctica del ser humano, va más allá y considera que las tensiones dialécticas son intrínsecas al propio ser humano, se inician dentro de él mismo y por ello se convierten en el origen de todas las demás, y condicionan su instinto gregario, su conocimiento y sus obras, Historia, economía, política, sociología, etc. que de este modo serán de igual naturaleza dialéctica y nunca podrán tener fin. Las tensiones dialécticas se manifiestan en la oposición de la tesis dominante (el hombre), la antítesis dominada (la mujer) y la síntesis (la descendencia o la sociedad), que trata de encontrar el equilibrio  que nunca se alcanza y se renueva permanentemente.

 El instinto gregario del hombre, cuya síntesis dialéctica es la sociedad, (y en cuyo desarrollo teórico, el autor también se diferencia de Freud y Hobbes),  lo lleva a enfrentar sus grandes problemas cruciales: la Paz, la Libertad, la Igualdad, la Justicia y las Condiciones de Vida Dignas (conceptos que en el libro son desarrollados profundamente) y aunque por su propia naturaleza nunca tendrán solución definitiva, el ser humano debe tratar de ir resolviéndolos haciendo prevalecer la razón y la inteligencia en beneficio del todo que es la Humanidad.

De esta teoría binaria del ser humano se obtienen tres corolarios importantes:

1-Todos los pares (Hombre-Mujer) son iguales biológicamente e interdependientes y como tales deben ser considerados.

2-En tanto el ser humano constituye un conjunto de un par, los géneros también son iguales, aunque las tensiones dialécticas los diferencien y tiendan a establecer jerarquías.

3- El ser humano posee, además, otra propiedad diferencial y esencial: la inteligencia. Ella le da un carácter antrópico al Universo.