Dedos de otoño

El fuego de la soledad quema las hojas del alma, y un nuevo universo se forma dentro del hombre, figuras del corazón nacen en su poesía, el tiempo que fluye por sus venas se va secando y el afluente de la vida se adelgaza junto a sus sueños, la poesía es la única que se resiste a no morir junto a sus demás pasiones, y la otoñal saeta del olvido introduce su delgado dedo en la mente del poeta, arrebatando sonrisas inciertas y recuerdos marchitos, y en su lugar queda un sombrío paraíso donde la luz de las letras tiritan agonizantes en el oscuro lienzo de la mente extraña y ajena de este cuerpo que ahora escribe sus sentimientos.
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