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Cuando se pretende reflexionar sobre los problemas de la humanidad, es necesario recordar que somos integrantes de la misma. Esta afirmación no es una mera ocurrencia que pretenda provocar una sonrisa, intenta señalar una actitud en la que incurren a menudo los intelectuales y de la que nadie está excluído. Cuando escuchamos “la gente es así”, quien emite la frase se autoexcluye inconscientemente.

Esta idea debemos tenerla presente para poder desentrañar el principal error de Marx: su visión materialista. (La división artificial de posturas metafísicas en materialistas e idealistas incurre en la ficción de pretender que es posible una elección en este nivel de abstracciones; no se entiende que el supuesto materialismo es una variedad del idealismo).

Esta concepción se resume en una frase: no es la conciencia la que determina la existencia del hombre, sino que son sus condiciones materiales de vida las que determinan su conciencia.

Tomaremos como punto central de nuestro estudio la palabra “hombre” por considerarla demasiado abstracta dentro de la propia metodología de este autor. Si lo que debemos estudiar para tener una idea clara de la historia humana es la lucha entre clases sociales, es obvio que para considerar de qué modo está determinada la conciencia, tenemos primero que identificar de qué clase estamos hablando para definir qué tipo de determinación encontraremos.

Esta perspectiva nos permitirá comprender de qué modo la burguesía del planeta ha logrado postergar o evitar la prevista revolución proletaria que Marx anticipaba.

Si entontramos que el leninismo ha logrado disfrazar una revolución de contenido burgués procapitalista y la ha presentado como socialista y comunista y ha logrado que gran parte de la humanidad le creyera, lo que debemos investigar no solo es qué hizo, sino cómo lo hizo.

17 de Marzo de 2020
25 de Agosto de 2012
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