Mi dos pasiones han sido siempre el teatro y la literatura. En cuanto a lo primero, soy licenciado en Arte Dramático por la RESAD de Madrid, y poseo el Certificado de Aptitud Pedagógica por la Universidad Complutense de Madrid. Fui miembro fundador de la Compañía Factoría Teatro, y ya he dado unas cuantas vueltas por unos cuantos escenarios, compartiendo ilusión y esfuerzo con grandes actores/actrices y directores/as como José Sanchis Sinisterra, Fernando Soto, Gonzala M.Scherman, David Luque, Fefa Noia, Salvador Sanz, Santiago Pérez, Denis Rafter, Ángel Gutiérrez... Actualmente gestiono la A.C.Nuevo Ateneo Torrejón (NAT), de mi localidad Torrejón de Ardoz, doy clases de Artes escénicas para adolescentes y adultos, y dirijo espectáculos de creación propia con mis grupos de teatro.
En cuanto a lo segundo, llevo escritas más de 20 obras de teatro y fui uno de los fundadores del colectivo literario relatosbluetales.com, con un buen número de relatos publicados online en esa página. En 2013, tuve la inmensa suerte de que la editorial Cuadernos de Sildavia, admirablemente luchada por Susana Fernández y Francisco Arriero, me publicara el ensayo dramático "La palabra amor" y el cuento "Pino-Palo", que recientemente he traído a Bubok en formato digital.
Pino-Palo es una narración que no intenta esconderse de la realidad, aun con sus toques fantásticos, que muestra a la Naturaleza despojada de cualquier idealización y completamente vulnerable. Tal y como sucede. Y para ello, nada más desvalido que la propia figura de un árbol, inmóvil, estática, anclada y, sin embargo, viva.
En muchos sentidos, Pino-Palo es semejante a un niño, una niña. Participa de su misma indefensión, y también de su asombrosa fortaleza.
Nací en el 69, soy sigloveinteañero, y sigo creyendo que la capacidad para cambiar el mundo no reside en nadie más que nosotros mismos y nosotras mismas.
Creo que mi amigo Amado Diéguez hizo un buen resumen de mi forma de ser:
"Acabo de leer Pino-Palo. Me ha encantado. Es lírico, tierno, conmovedor, me ha tocado el corazón. Es infantil, en el más alto y mejor sentido de la palabra. Y apostaría a que lo impulsó la secreta, auténtica e invencible esperanza que habita en el corazón de todos lo melancólicos."
De todos y todas los que aún sueñan.