«La vida, a veces, nos pide un cambio. En ocasiones, hay que arriesgarse y saltar al vacío en busca de una versión mejor de nosotros, de esa cosa que nos motive para realizar nuestros sueños. Pero la vida, a veces, nos sorprende y nos da más de lo que estamos pidiendo.
Cuando Marta llegó a Cádiz, llegaba con la intención de encontrar un sentido a lo que estaba viviendo, pero encontró más, mucho más, y se vio viviendo una historia que le hizo sentirse más llena que nunca.
Porque a veces no solo son los lugares, sino también las personas que encontramos.
Adoró los atardeceres, el agua, las canciones, las charlas y el amor. Una historia de doce meses, un remolino de emociones y de experiencias que no quería que terminaran nunca. Una lucha por cumplir sus sueños.
Se dio cuenta de que aunque cayera, no había que frenar… ¿Lo hizo?
Solo hay una forma de saberlo»