En otras áreas distintas al arte o el entretenimiento no se acostumbra a definir los objetivos de negocio en términos de emoción; la gerencia queda satisfecha cuando el trabajo queda bien hecho sin embargo, si lo elevamos a un grado artístico, entonces los simples objetivos se convierten en una meta superior que puede inspirar con más fuerza a individuos y equipos de trabajo a trascender con sus labores.
Los artistas de la atención al cliente transforman lo ordinario en extraordinario. Hacen que las funciones complejas luzcan sencillas, fáciles de hacer; y, además, lo hacen con pasión y disfrute. Los artistas del servicio y la atención influyen positivamente en el ánimo de las personas que atienden, vencen la indiferencia, la monotonía, el descuido y la rutina. Hacen que sus clientes los aplaudan, porque su trabajo es superior al trabajo común y corriente y al trabajo promedio.
Este libro persigue que se comprendan las diferencias entre atender y atender bien, así como las diferencias fundamentales entre atención y servicio. Cuando esto se logra, mejora el desempeño de inmediato, porque las personas pueden ver mejor lo que está totalmente a su alcance para ayudar de verdad a los clientes.
Juan Carlos Jiménez describe en Arte Supremo. 50 Prácticas de buena atención al cliente prácticas de gerencia personal con las cuales estructurar un plan anual de ejercicios y generar hábitos cotidianos que se traducen en buena atención y servicio al cliente. Si quieres conocer más acerca de este libro, pincha en este enlace.