Oswaldo de la Hoz acaba de lanzar El sabio más grande del universo, una obra que trata diferentes aspectos sobre el Génesis con una visión muy particular. Charlamos con Oswaldo sobre el proceso de escritura de este libro para conocer mejor sus teorías.
Oswaldo, ¿cómo nace la idea de escribir El sabio más grande del universo?
Como solución de un problema filosófico y por necesidad. En primer lugar, en el sentido de mirar el origen del universo y abordar la pregunta: «¿Hacia donde vamos?», de lo que parte una mirada hacia las dos corriente más preponderantes y antagónicas; la teología y la ciencia, y en segundo lugar como catarsis frente a la muerte de mi hermano Higinio de la Hoz Rangel, quien fue un creyente convencido.
¿Cuál es el objetivo principal de tu obra?
El objetivo inicial fue el dar claridad al origen del universo, y simultáneamente entender los escritos aparentemente contradictorios del génesis a la luz de la historia humana, y en el cumplimiento de las leyes naturales, siendo el fin último el demostrar que Dios creó el universo, y que por lo tanto construyó las leyes que rigen la naturaleza.
¿Por qué has optado por un enfoque histórico y científico para abordar todos estos temas?
Al comprender que Dios construyó las leyes de la naturaleza, obviamente se debe comprender que en su palabra se debe contener las verdades científicas descubiertas por el hombr, hasta ahora, por lo que el génesis debía coincidir con la historia del universo, de la vida, del hombre y de la cultura. Por ende, trato considerar y probar que las historias bíblicas fueron escritas y desarrolladas por personas reales
en su mayor parte, que vivieron en contextos antiguos que fueron importantes para la génesis y el desarrollo de nuestras culturas, y hasta las creencias que tenemos en la actualidad.
¿Cuáles han sido los principales retos de la escritura?
La poca cantidad de fuentes que abordaran estos temas, por lo que darle un sentido mínimo a las ideas fue un tanto difícil. Pero el temor a lo desconocido fue compensado porque el trabajo, además de que se transformó en un compromiso, simultáneamente se convirtió en un hobby. Era un pretexto para descansar de la labor agobiante y desesperante que desarrollaba como profesor, era un refugio del trabajo diario
que realizaba con los estudiantes, se convirtió en una terapia mental, y gracias pude distraerme, porque cada información nueva encontrada me daba la alegría necesaria para seguir adelante, sobre todo cuando veía la presencia de Dios en cada acto de la naturaleza, y en el fondo sabía que podría seguir contando con su luz a través de todo el proceso.
¿Por qué deberíamos leer El sabio más grande del universo?
Porque es un enfoque novedoso, porque es un texto argumentado que puede generar reflexiones. Es incluyente en el sentido en que tiene en cuenta a personas preocupadas tanto por lo histórico como por lo científico, que cada vez son más. Por último, permite abrir la mente hacia nuevas visiones que invitan a un repensar de nuestras actividades espirituales, y la puesta en escena de un nuevo accionar humano en la certeza de que de ellas dependen las consecuencias.
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