Autor: Marina Rocamora Gutiérrez, Helena Riquelme Ramón, Almudena Ródenas Sánchez, Olga María Reales Cano, Mario Pérez Belmonte, Ana Nicolás Carrillo, José Navarro Llorente, María Solano Martínez
El desarrollo médico y tecnológico global ha propiciado un aumento de la esperanza de vida, generándose una estructura poblacional envejecida. Éste progresivo envejecimiento provoca un aumento en la evidencia de enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad entre las que destaca la Demencia. La alimentación se dibuja como una de las posibles estrategias para la prevención de la demencia mediante el beneficio que genera como actividad en sí misma, apoyando, por un lado, una nutrición saludable, y por otro, modulando los factores de riesgo modificables asociados a esta enfermedad.