Aether I - Vientos de Aether

Aether -- Vientos de Aether I-- En una obra épica de fantasía referente a una mujer, profesora, que recibe una óstracas de un anticuario de Egipto. En ellas, escritas en jeroglíficos hay un mensaje, se refleja una extraña lengua en la base. Extraña para la mayoría, pero no para ella que, en el envés de un caduceo que luce (el Caduceo de Hermes incrustado en La Piedra de la Luna) lo ve grabado en el envés. Según el anticuario ella tiene el poder de los dioses, poderes que ella ignora. 

Cuando descubre lo que realmente es capaz de hacer, es cuando se presenta en el laboratorio de la universidad, un pequeño personaje, semejante a un duende por su estatura. Si bien se asusta y pretende defenderse de una aparición absurda, pronto seguirá sus pasos cuando el duende le dice que, si desea conocerse y saber quién es en realidad, "acompáñame". Angélica es el nombre, y sigue sus pasos hasta concluir ante un poblado subterráneo donde viven los Insularios, y es recibida por Ur-Ma, el maestro de los magos Sais. Y aquí es cuando verdaderamente comienza su aventura. Ur-Ma le confiesa que ella es un ente dual, heredera de un reino llamado Aether, e hija de una reina, Serehinde. Niega, por falsedad y absurdo, todo lo anterior, pero no tanto cuando Ur-Ma le alienta si desea conocer el paradero de su madre, enfocando la cuestión en sus emociones. Al aceptar le asignan dos guardaespaldas, los Wyrd, guerreros de Odín, y los dioses de la Dwat, Sia, Heka y Hu, aunque más tarde se unirán La Envolvente, Upuaut y en guía de la barca. Los guerreros sombríos han vuelto dirigidos por una reina Ħantakha, y siete Caballeros del Mal, dice, que intenta usurpar los nombre de todos los seres vivos humanoides, porque con solo pronunciar su nombre se apoderan de la esencia vital, el alma del incauto, dejando su cuerpo seco y acartonado. Y solo un ente dual puede enfrentarse a ella, una vez coronada reina con la espada mágica Iurus. La celada está en la construcción de una ciudad, de siglos construida, en el inframundo egipcio llamado Dwat. Allí se encuentran grabados en piedra los nombre presentes y futuros de todos los seres humanos, y la reina sombría desea entrar para alimentarse de ellos, por cuanto cada vez que pronuncie un nombre, la persona a la cual pertenece morirá, en tanto la reina de Aether debe impedirlo.  Para ello es necesario abrir las puerta de la Dwat, doce, y una vez abiertas todas, destruirlas y también la ciudad. Los humanos deben implicarse con la asignación de nombres-llave para cerrarlas. Angélica los elige entre los alumnos de egiptología, y emprenden la aventura.