JESUITAS EN LAS FRONTERAS. Acosta, Kircher, Teilhard y compañeros en el filo de la navaja (3ª edición)
LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMAN

En el siglo XVII nace la Geología como ciencia. Y fue el médico, anatomista y geólogo Nicolás Steno quien estableció los principios de la Geología como ciencia. Todo empezó de modo fortuito: en las costas de Torcana embarrancó un tiburón muerto. El dux Fernando II encomendó a su anatomista Nicolás Steno que hiciera la disección de la cabeza del escualo. Al hacerlo, Steno notó que los dientes del tiburón eran muy similares a las Glossopetrae, piedras con propiedades mágicas traidas de la Isla de Malta y que se suponían eran las lenguas petrificadas de las serpientes que mordieron a San Pablo. ¿No era casualidad? Esto le llevó a empezar un duro trabajo de geólogo por los montes de Volterra. Y encontró las mismas Glossopetrae enterradas desde hacia miles de años. Por ello, la Glossopetrae no eran otra cosa que dientes de antiguos tiburones. Pero, ¿cómo llegaron esos dientes a los montes de Volterra? Esto le llevó a definir los sedimentos, los estratos, la superposición, el tiempo geológico, la continuidad lateral de las capas acumuladas por el mar durante miles de años. Promero en el Canis Carchariae (1667) y luego en el Prodroma (1668) se establecen los principios que han dado lugar al desarrollo de las Ciencias de la Tierra.