LA DIALÉCTICA DE LA DOMINACIÓN - LA COLONIALIDAD DESDE EL ORIGEN DEL HOMBRE Y LA MUJER - TOMO II

¿Existió entre las primeras civilizaciones del planeta alguna clase de intercambio cultural cuando aún Europa era la periferia del mundo musulmán antes del siglo XV? Si la búsqueda a ese interrogante se va constreñir a la historiografía filosófica clásica, la respuesta será un no rotundo. Porque lo que está en Mesoamérica, está realizado de idéntica forma en el extremo oriente de Asia y porque la escritura cuneiforme sumeria datada en el tercer milenio antes de Cristo, se encuentra en la alfarería de los pueblos cercanos al lago Titicaca. Se sostiene que el homo sapiens es natural de África oriental y que desde allí caminó durante miles de años hasta América poblando en primer lugar Medio Oriente, Europa y Asia, a pesar que la arqueología demostró que el homo sapiens mesoamericano supera en cinco mil años de antigüedad al afro oriental. Y nadie se pregunta más nada y nadie explica más nada. El homo sapiens: nómades que no eran nómades; expertos en montañismo sin equipamiento que emprendieron empresas imposibles hoy en día, como atravesar dos de las más complejas cordilleras del mundo, sobrevivir en zonas gélidas sin alimentos suficientes durante centurias y que cruzaron hace treinta mil años, un glaciar que no existía.